El Museo de Artes Rotativas (M.A.R.) nace con la ilusión de convertirse en un espacio abierto y desplegable. Antítesis de los museos convencionales, contenedores cerrados de obras de arte, con nuestra propuesta queremos dar la vuelta al concepto de museo, sacar lo de dentro fuera, flexibilizando así las estructuras de difusión y creación artística. Nuestra propuesta consiste en convertir los caros edificios que albergan las obras de arte en baratos recortables de papel y cartón al alcance de cualquiera.
El M.A.R. es un museo que fluye, un conitnuum variado y policromo de resonancias que se entretejen y deshilvanan sin cesar. Su sede consiste en un número indefinido (siempre ampliable y apilable) de cajas de cartón que viajan por correo de un hogar a otro, de una institución a otra. El M.A.R. es en esencia múltiple y lúdico. Como mensajes dentro de una botella, las salas navegan desde las manos de artistas anónimos hasta los ojos de espectadores anónimos. Nuestras cajas, como aquellas a través de las que el mago hace desaparecer a su joven ayudante, son espacios de ilusionismo, cartografías de extravíos, puertas de entrada a una emocionante experiencia estética colectiva en diferido.
Guía de navegación
El M.A.R. abre sus puertas con la inauguración de siete salas especialmente creadas para la ocasión (Sala Madame du Deffand, Sala Zoo-ántropo, Sala de las “frottografencias”, etc.). Las dependencias de nuestro museo consisten en cajas de cartón dentro de las que siete artistas anónimos han guardado todo lo necesario para armar una exposición en cualquier lugar del mundo. Aquel espectador afortunado que reciba una de estas cajas tiene la posibilidad de armar una dependencia del Museo de Artes Rotativas en la oficina, en el patio del colegio, en la cocina, en el jardín trasero de su casa o en cualquier otro lugar, y exhibir su interior tanto tiempo como desee. Para ello, sólo tiene que delimitar, con la tiza que encontrará en la caja-sala de nuestro museo, un espacio imaginario, situar en un lugar visible el logotipo del M.A.R. y disponer los elementos que contiene la caja del modo que mejor le parezca. Una vez finalizada la exposición, el espectador-creador podrá incluir nuevos elementos en la caja y enviarla a otro destinatario.
Asimismo, cualquiera puede hacerse con una caja de cartón, ponerle el nombre de nuestro museo, llenarla de todos aquellos objetos, ilusiones e ideas que quiera compartir y ¡lanzarla al M.A.R. de la recepción anónima de obras de arte!
(El MAR fue una institución museística imaginaria y efímera realizada por Concha López, Melissa Suárez, María Revueltas, Noni Benegas, Jesús Vizuete y Lorena Campos dentro del “Taller de artes ficticias” coordinado por Sandra Santana en el CA2M, en abril de 2011)
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